Lentes de contacto

Existe una amplia gama de opciones de lentes de contacto diseñadas para adaptarse a diversas necesidades visuales. En esta sección, nos sumergiremos en el fascinante universo de las lentes de contacto, explorando sus tipos, beneficios y aplicaciones específicas en el manejo de patologías visuales.

Desde corregir errores refractivos comunes hasta abordar condiciones más especializadas, descubriremos cómo las lentes de contacto pueden ofrecer soluciones cómodas y efectivas. Acompáñanos en este viaje donde la tecnología, la innovación y el cuidado ocular se unen para proporcionar una visión más clara y confortable, adaptada a cada estilo de vida.

Lentes de Contacto Blandas

En el dinámico mundo de las lentes de contacto, las lentes blandas se destacan como las favoritas y más utilizadas por su comodidad excepcional y versatilidad. En Óptica Guascone, entendemos que la elección de lentes de contacto es tan personal como la propia visión.

Las lentes de contacto blandas vienen en diversas modalidades, como diarias, quincenales o mensuales, lo que permite a los usuarios elegir la opción que mejor se adapte a sus preferencias y rutinas diarias. Su fácil manejo y mantenimiento hacen que sean una elección práctica y conveniente.

Comodidad

Las lentes de contacto blandas están fabricadas con materiales flexibles y permeables al oxígeno, proporcionando una experiencia de uso excepcionalmente cómoda. Su adaptabilidad a la forma del ojo y su suavidad al tacto las convierten en la elección predilecta para aquellos que buscan una opción de uso prolongado sin molestias.

Versatilidad

Desde la corrección de miopía, hipermetropía y astigmatismo hasta opciones multifocales para abordar la presbicia, las lentes de contacto blandas ofrecen soluciones versátiles para una amplia gama de necesidades visuales. Ya sea para uso diario, ocasiones especiales o actividades deportivas, estas lentes se adaptan a diversos estilos de vida.

Lentes de Contacto Semirrígidas

 

Cuando se trata de opciones avanzadas en lentes de contacto, las lentillas semirrígidas o permeables al gas son una alternativa excepcional que ofrece beneficios notables para situaciones donde las lentes blandas no llegan.

También conocidas como lentes permeables al gas, están hechas de materiales duraderos y permeables al oxígeno. A diferencia de las lentes blandas, mantienen su forma original sobre la superficie ocular, ofreciendo una visión más estable y nítida. Es esta firmeza la que proporciona una corrección visual precisa, especialmente en casos de astigmatismo o errores refractivos irregulares y contribuye a una visión más clara y estable a lo largo del día.

Adaptación a necesidades específicas

Aunque casi todo el mundo es apto para el uso de estas lentillas, las semirrígidas son una elección preferida en situaciones especiales, como queratocono o astigmatismo irregular, donde otras opciones de lentes de contacto pueden no proporcionar la corrección necesaria. La adaptación precisa y el manejo profesional son clave para maximizar los beneficios de estas lentes.

Cuidado adecuado

Mantener las lentillas semirrígidas en condiciones óptimas requiere un cuidado adecuado y un régimen de limpieza recomendado por tu profesional de la visión. Este enfoque asegura un uso cómodo y una visión clara a lo largo del tiempo.

En óptica Guascone te enseñaremos cómo cuidar adecuadamente de tus lentillas semirrígidas, así como la forma de manipularla, o de quitar y poner, que es muy distinta de las blandas.

Cuida tus ojos

Limpieza regular

Limpia tus lentillas diariamente con la solución recomendada por tu optometrista. Asegúrate de seguir las instrucciones proporcionadas y utilizar productos específicos para el tipo de lentes que tienes, ya sean blandas, semirrígidas o permeables al gas.

Lávate las manos

Antes de manipular tus lentillas, lávate bien las manos con un jabón suave y sin fragancias. Esto ayuda a prevenir la transferencia de suciedad y bacterias a las lentes y reduce el riesgo de infecciones o irritaciones.

Almacénalas adecuadamente

Utiliza un estuche de lentes limpio y rellénalo con la solución adecuada cada vez que guardes tus lentillas. Asegúrate de cambiar el estuche regularmente para evitar la acumulación de gérmenes.

Respeta los tiempos

Respeta el período de uso diario o la vida útil recomendada por tu optometrista. Las lentillas están diseñadas para durar un tiempo específico, y exceder ese límite puede aumentar el riesgo de irritaciones o infecciones.

Evita el agua del grifo

Nunca limpies ni almacenes tus lentillas con agua del grifo, ya que puede contener impurezas y microorganismos que pueden dañar tus lentes y afectar la salud ocular.

Revisiones periódicas

Realiza revisiones oculares regulares con tu optometrista para asegurarte de que tus lentillas sigan siendo la opción adecuada para tu visión. Esto también permite detectar problemas a tiempo y realizar ajustes si es necesario.

No duermas con ellas

Evita dormir con tus lentillas, a menos que estén específicamente diseñadas para un uso continuo. Descansar tus ojos durante la noche permite que respiren y reduce el riesgo de complicaciones.